Lo vemos en El País. El mito de Don Juan, el conquistador de mujeres, es universal, al igual que la música de Mozart. De ello, y de la masonería, trata en gran medida la próxima película de Carlos Saura, Io, Don Giovanni, una coproducción ítalo-española que llegará a los cines el 28 de mayo tras inaugurar recientemente (fuera de concurso) el Festival de Cine de Málaga. La cinta está protagonizada por Lorenzo Balducci, Lino Guanciale, Tobias Moretti, Ennio Fantastichini, Emilia Verginelli, Eulalia Ramón y Sergi Roca.
Carlos Saura ha explicado hoy a los estudiantes del Centro de Estudios de la Ciudad de la Luz (Alicante), donde se rodó parte de este película, que ha querido hacer "algo diferente y distinto" a las decenas detrabajos rodados sobre Mozart. "Es mi visión personal", ha afirmado. Saura ofrece una reinterpretación de esta ópera de Mozart "exagerada y divertida" en la que Don Juan es un "hijo de Satanás que acaba en el infierno sin arrepentirse de nada". La acción de la película se sitúa en Venecia en 1763, donde el escritor Lorenzo da Ponte (Lorenzo Balducci) lleva una vida entregada a los placeres y los vicios tras su pasado como sacerdote. Después es exiliado a Viena, donde difunde versos contra la Iglesia y el poder de la Inquisición. Junto con su amigo y mentor, Giacomo Casanova (Tobias Moretti), Da Ponte se introduce en la sociedad vienesa y conoce a Saliere, el compositor favorito del emperador, y a un recién llegado Wolfgang Amadeus Mozart (Lino Guanciale). "Debieron disfrutar mucho componiendo Don Giovanni, todos eran muy mujeriegos", explica Saura.
El director de Cría cuervos, premio especial de Cannes en 1976, ha confesado su fascinación por "uno de los mitos más universales, como es el de Don Juan", que se ha ido adaptando durante el tiempo y al que Mozart dedicó la famosa ópera Don Giovanni. Por su lado, el productor de cine Andrés Vicente Gómez ha repasado el "largo periodo" de gestación de este proyecto, que arrancó en 2007 y que durante un año estuvo casi paralizado por la desvinculación de la productora austriaca que lo inició y hasta que una empresa italiana se interesó en retomarlo. "Es una película complicada, no es para llenar los centros comerciales ni es una cinta de autor con bajo presupuesto. Es arriesgada, pero veraz y completa", ha asegurado el productor, que cifra en casi siete millones de euros el presupuesto de la cinta.
Saura se ha mostrado íntimo y cómodo ante un auditorio entregado y apasionado, al que ha desvelado que la única vez que participó en la producción de una película suya fue en La caza: "Mi padre me prestó un millón de pesetas, que luego le devolví con beneficios, por lo que me dijo que si necesitaba más dinero para esto del cine que se lo pidiera con mucho gusto". El director admite que está acostumbrado a "improvisar y economizar. "Con pocas tomas me conformo", ha explicado. También ha destacado "el excelente talento de todos los actores" que cantan e interpretan al mismo tiempo, y eso permite "disfrutar de unos primeros planos de la ópera cautivadores". El director ha recordado que su madre tocaba el piano, que la música forma parte de su vida,y ha criticado el escaso interés quedespierta entre otros directores españoles.
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